viernes, 17 de agosto de 2012

Sin Perspectiva



Hay un antes y un después. Como en todo. Pero mi antes es sin ninguna perspectiva y el después tan claro que duele y molesta.


Al volante del Antes soy una conductora novata montada en un seat panda y abandonada en pleno Madrid. El tráfico no me deja pensar, las distintas alternativas parecen a cada cual más acertada y a la vez no me suenan de nada, y las tomo entre torpe y orgullosa, intentando demostrar que mi cochecito y yo también sabemos a donde vamos. Otra cosa es que llegue.

El Después… es un camino de rosas. Es una vocecita dulce, suave y cariñosa que me confiesa al oído, y cada vez más a menudo, “¿ves esa salida que has pasado? Pues era la tuya”. Con el Después de copiloto mi camino cambia. Dirijo un Hummer H1 en un tranquilo y solitario sendero donde solo hay una ruta y un destino. Claro e indiscutible, la única equivocación posible sería algo tan obvio como ir en dirección contraria. Tan fácil de entender y llegar... lástima que sea ya tarde.

Cuando hay algo en juego, el viaje en coche se me escapa entre los dedos, y aunque de fuertes volantazos me engaño si creo que controlo su dirección. Actuar con agresividad y exagerada firmeza es el arma de los inseguros, y cuando hay algo en juego soy la primera que duda. Y lo hago por experiencia, porque vivo sin perspectiva cuando me siento ‘demasiado viva’, yo misma me advierto a base de recuerdos, pero no aprendo, solo quiero.
Quiero que se detenga el tráfico y las caricias que me hacen suspirar; no escuchar los claxon ni esos gritos que chillan de todo menos lo que tratan de decir; quiero leer los carteles y destinos con el mundo quieto y esperándome; quiero que un intérprete subtitule lo que significa cada momento de verdad y un criptógrafo desentrañe el mapa indescifrable en el que a veces convierto mi vida.
Pero una vez más no me toca la lotería, una vez más no funciona así.
Veo como las decisiones acertadas no lo eran tanto, como esa hipotética e irrisoria opción que descarte podría abrir las puertas que se cerraron por esperar poco o demasiado, como anduve de más cuando pensaba que me estaba quedando quieta y como al levantar el rostro con altanería me perdía la preciosa salida que pasaba bajo mi barbilla…
Un cartelito de obra repite parpadeante pero inútil “Wrong Way”. Y yo río resignada al verlo, porque los coches no frenaron, las salidas siguieron pasando y a mi ya me han vuelto a atropellar. ¿Que decía mamá? Mira siempre antes de cruzar...
Vuelo por los aires como un peso muerto y el Después me acompaña indicándome que igual sigo sin perspectiva, que quizás me volví a equivocar. ¿Quizás?, repito antes de estamparme contra la acera.
No pasa nada, mañana será tarde, pero lo veré tan claro entonces que sabré el minuto exacto en el que mandé todo a la mierda. Otra vez. Pero hasta mañana nada. Ahora a casa. Esto… ¿qué salida tengo que pillar?

1 comentario:

  1. Lady bardo, hace tanto que no escribia este nick,, Martha ese es el nombre que lei en aquel foro donde comence a leerte (un nombre que nunca me atrevi a utilizar); hace tanto que no pasas por ese sitio, te extraño!.

    Pero el dolor de no leerte se disipa un poco al leerte por acá y en tus notas periodisticas (eres ya un referente en la prensa española, y eso me da mucho gusto!)

    Acaso en algun momento, giraras un poco el volante pra que vuelvas (tal vez una vuelta en u) que tomes un retorno por un momento y nos regales tu presencia de nuevo por el foro?

    Extraño aquellas veces, tu prosa inigualable y tengo una curiosidad enorme.

    El tiempo pule las cosas, las hace aún más finas, detalladas, elegantes; como será ahora tu forma de escribir ficción?, si lo que ahora leo (poco a decir verdad) es tan brillante.

    A la distancia como siemprte te agradezco tu dadivosa forma de compartir tu talento, la primera vez que te lei me impresione, las otras veces te segui sin dudar, segura de que el viaje que nos mostrarias sería maravilloso.

    Desde el otro lado del óceano, te envio mis salutaciones, siempre respetuosas.

    Te escribe una más de tus admiradoras, ya sabes, de esa larga fila, justa la que esta hasta el final, pero que nunca te olvida.

    ResponderEliminar