miércoles, 5 de octubre de 2011

Una del montón (otro cogote más)


Eras tan perfecta... Y besabas muy bien.

Pero ahora no recuerdo casi tus besos y no eres muy perfecta ya, no...

Me hiciste comprobar que no eras tan etérea, que podías joder al personal como la que más, y que lo hacías de forma vulgar, como cualquier hijo de vecino.

Hasta te equivocas y culpas a otros igual que hacen muchas veces los mortales. O te dejas ningunear cuando te roban la voluntad y personalidad como si fuera de quita y pon.

No digo que no seas especial, ¿eh? Estoy firmemente convencida de que lo eres... Creo. Pero no ahora, ni antes, y has logrado que no merezca la pena averiguar si lo serás más adelante.

Y en el fondo creo que es hasta triste...